S
i la flauta es de madera, los primeros días sólo se tocará de cinco a diez minutos ya que la madera debe acostumbrarse al calor del aliento y a la humedad. Cada día iremos subiendo el tiempo de tocar hasta que podamos hacerlo tanto como queramos. Es necesario que la toquemos con regularidad. Cuanto más lento sea el proceso tanto mejor será su sonido.Después de tocar hay que limpiar la flauta y secarla por dentro, si está muy húmeda dejarla en la funda abierta o fuera de ella. De vez en cuando (de cuatro a cinco veces al año, dependiendo de lo que se toque) debe engrasarse por dentro con un aceite adecuado: de linaza o de almendras preferiblemente amargas, evitando que el aceite entre en el paso del aire o conducto del aire.
El corcho de la espiga siempre debe tener grasa para que entre con suavidad y no fuerce el encaje. No se debe guardar nunca la flauta montada, ya que el corcho se aprieta y luego no encajaría bien. Para montar la flauta siempre lo haremos girando la parte de abajo y bien encarado para no romper la espiga.
La flauta de plástico no necesita ningún cuidado especial y solo hay que secarla y limpiarla por razones de higiene. Si queremos, podemos lavar con agua y jabón.
Algunos músicos cuando soplan lanzan mucha saliva y se quedan gotas en el conducto, esto hace que la flauta tenga una mala respuesta o no suene bien. Cuando pase eso hay que tapar la ventana con un dedo y soplar fuerte para expulsar la saliva. Si la flauta es de madera y al hacer esto no mejora el sonido, puede ser debido a un mal rodaje cuando era nuevo o un exceso de saliva, en cualquier caso lo mejor es llevarlo a reparar a Instrumentos Bessó.
Todos los instrumentos de viento, cuando se han tocado mucho y se calientan tienden a subir un poco la afinación. Si hay pequeños desajustes de afinación entre flautas o con otro instrumento, se pueden solucionar estirando un poco del encaje con lo que el sonido se hace más bajo.